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El Festival de Cali, donde todo el mundo baila

El Festival de Cali, donde todo el mundo baila

¿Podría hablarnos un poco sobre el Festival de Ballet de Cali? El Festival surge en 2006, y a partir de esta edición se realiza cada dos años, para no hacer choque de trenes con la Bienal de Danza que también se hace en Cali, dirigida por el Ministerio de Cultura. Hemos logrado una gran formación del público de la ciudad: la plaza de toros se llena para ver ballet, obras contemporáneas, lo que se programe. La gente está siempre dispuesta. Hacemos actividades al aire libre y gratuitas, en plazas, plazoletas y centros culturales. Prácticamente no hacemos funciones pagas, sino las que están en el Teatro Municipal y en el Teatro Jorge Isaacs, a unos precios irrisorios, para que nadie diga que es caro y que no puede ir. Es un Festival para la gente, no tiene nada de elitista. Se trata de que todo el mundo entienda que en el arte esas divisiones no existen, porque tú puedes venir de una clase alta como de una clase con menos condiciones económicas, pero si tienes talento, tienes la oportunidad, y tienes donde poderte desarrollar, eso es lo que hace la diferencia. Esperamos que todo el mundo baile. ¿Cómo le llega el Festival a la gente? Desde el pasado Festival realizamos la inauguración en la Plaza de Toros. Esta vez tenemos como lema: “La Cultura por la Paz”. Para nosotros, la educación y el arte transforman a las personas. Vamos a traer a colombianos que internacionalmente se han ido destacando en el universo del ballet. También hemos cambiado el componente educativo. Antes llevábamos conferencias, charlas didácticas sobre la danza y su importancia para la ciudad a escuelas, instituciones culturales, a las comunas, a los barrios. Era un esquema donde la gente era espectadora. Hemos cambiado a que las personas participen activamente de la danza. En la plaza de toros organizamos un programa para que niños de cuatro a diez años tengan clases de ballet. Pero previo a las clases, hay un recorrido con zanqueros y actores para que descubran a Coppelia, Pedro y el Lobo, Lago de los Cisnes, en unas estaciones didácticas. En la ciudad han surgido programas artísticos en colegios e instituciones, que son muy importantes para el desarrollo de los chicos, y es algo que queremos resaltar. Realizamos una selección para que participen en el programa “Mi Colegio al Festival”, y sean teloneros de las compañías que se presentan. Por último, tenemos el espacio “Danza conmigo” en el bulevar del río, dirigido por el maestro Earl Mosley, quien tiene mucha experiencia en este tipo de trabajos, para que todo el mundo baile, aunque no baile. ¿Cómo se enseña el ballet? Colombia no es un país con tradición de ballet, hay que crear una cultura respecto a lo que es ser bailarín profesional. Una persona puede nacer con talento, pero si no encuentra un maestro que la oriente y le indique el camino, se puede quedar atrás. Yo he adelantado un trabajo en defensa de la profesión: que la gente entienda que ser bailarín es tan válido como ser ingeniero, arquitecto, o cualquier otra carrera. En el arte hay tres formas de educar. Una es por el arte, resaltando los valores que el arte le brinda al ser. En ese camino se adquiere la cultura, se desarrolla la sensibilidad, la capacidad crítica; no se hace una selección profesional, sino que todo el mundo puede hacerlo, y todo el mundo debería hacerlo. Es distinto de la educación para el arte, que es la que forma artistas, y se evalúan las aptitudes requeridas para iniciarse en esa carrera. Es todo un lenguaje que hay que aprender y estudiar. Es como todas las carreras en la vida: cuando comienzas a ejercerla vas encontrando las distintas gamas que te ofrece, y vas descubriendo qué tipo de profesional eres. Es importante el ambiente que se crea alrededor del estudiante, para que se forme en otras sensibilidades. Es como las plantas: si el ambiente es el adecuado para que la planta florezca vamos a tener un hermoso resultado. La tercera forma es a través de la danza, a través del arte: estudiar un periodo histórico, la vida de una artista, comprender cómo fue su momento social, para entender mejor las tareas de un artista. El bachillerato especializado tiene que tener hoy en día unos cambios, unas reformas que son importantes, para poder llegar a mejores resultados. ¿Qué futuro le espera al ballet a nivel mundial? Yo creo que el futuro del ballet es extraordinario. En el mundo hay una ebullición, un desarrollo, y permanentemente se están creando nuevas maneras de trabajar. Yo no creo en separar el ballet de la danza contemporánea; hoy en día, un bailarín profesional debe tener un dominio de su cuerpo que le permite trabajar muchos lenguajes de movimiento. Estas son personas preciosas en las manos de un coreógrafo. Y al final es el coreógrafo el que tiene en su cabeza qué es lo que quiere decir, y cómo lo quiere decir. Vemos que hay una gran mezcla: en el arte las cosas no restan, sino que suman. Surge la danza moderna, luego la danza contemporánea, se cruza con el ballet y en contradicción a él. En ese cruce es donde se tranforma la danza. Hoy en día una compañía del mundo puede hacer una obra clásica como puede hacer una obra contemporánea, muchos maestros de los grandes de la danza contemporánea han trabajado con compañías de ballet. Yo veo al ballet internacionalmente muy vital.

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